Bajo la niebla londinense

No obstante, de los dos equipos sólo uno de ellos pareció tener la claridad suficiente para lograr su pasaporte a la final del torneo más prestigioso del viejo continente. Y ese es el Chelsea dirigido por José Mourinho, quien supo plantear el partido en campo contrario desde el arranque y luego cuidó el resultado ante un Liverpool timorato y sin ideas.
Encabezados por un Drogba movedizo e infatigable, los "blues" encontraron espacios en reiteradas ocasiones ante una defensa rival llamativamente insegura, teniendo en cuenta que es de las menos vencidas a lo largo de toda la competición (8 goles en contra en 11 partidos).
En la segunda mitad, los "red" salieron en busca de la igualdad, a pesar de que ésta nunca llegó a concretarse. Los innumerables centros y pelotazos que apuntaron a la cabeza del "flaco" Crouch fueron una postal y resumen de la escaza profundidad y juego del visitante.
El primer round se fue con Chelsea ganando por un par de puntos. Todavía no hay nada definido y de fútbol hemos visto muy poco. Esperemos que la revancha del próximo martes nos regale todo aquello que hoy se supieron guardar.