y nunca nadie sabe nunca nada, para colmo

25 abril 2007

Bajo la niebla londinense

Poco importó que los futbolistas en cancha sean de los mejores pagos del mundo o que hubieran millones en juego. Tampoco parecen decirnos demasiado las casas de apuestas que los catalogan como firmes candidatos al título en cada nueva edición de la Liga de Campeones. Lo cierto es que, en los primeros 90 minutos de esta semifinal entre Chelsea y Liverpool, hubo más espectáculo que buen fútbol.

No obstante, de los dos equipos sólo uno de ellos pareció tener la claridad suficiente para lograr su pasaporte a la final del torneo más prestigioso del viejo continente. Y ese es el Chelsea dirigido por José Mourinho, quien supo plantear el partido en campo contrario desde el arranque y luego cuidó el resultado ante un Liverpool timorato y sin ideas.

Encabezados por un Drogba movedizo e infatigable, los "blues" encontraron espacios en reiteradas ocasiones ante una defensa rival llamativamente insegura, teniendo en cuenta que es de las menos vencidas a lo largo de toda la competición (8 goles en contra en 11 partidos).

En la segunda mitad, los "red" salieron en busca de la igualdad, a pesar de que ésta nunca llegó a concretarse. Los innumerables centros y pelotazos que apuntaron a la cabeza del "flaco" Crouch fueron una postal y resumen de la escaza profundidad y juego del visitante.

El primer round se fue con Chelsea ganando por un par de puntos. Todavía no hay nada definido y de fútbol hemos visto muy poco. Esperemos que la revancha del próximo martes nos regale todo aquello que hoy se supieron guardar.

Foto: gentileza de AP